Rupert Grint, quien ha jugado a ser el inseparable amigo de Harry Potter, Ron Weasley en pantalla durante los últimos nueve años, admitió que la primera vez que vio una escena de sexo en una película fue con sus padres al lado.
"Fue una agonía", dijo avergonzado el actor de 21 años al diario londinense The Mirror. "La escena era bastante buena, pero no es el tipo de momento que se quisiera compartir con mamá y papá".
"Cuando pasó la escena, estuvimos sentados sin decir nada", comentó algo sonrojado.
Grint dijo que sus padres no sabían que su nueva película "Cherrybomb" tendría cuotas de sexo, drogas y vehículos robados. Por suerte para el joven pelirrojo, "nadie habló después de verla y eso es una especie de alivio".
En "Cherrybomb", que se estrena mañana en Inglaterra, el actor comparte escenas de sexo con Kimberley Nixon, de 24 años, que admite no estuvo un poco nervioso, pero la próxima vez le irá mejor.
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